Filosofía
Helenística.
Con
la muerte de Alejandro Magno sigue la crisis del imperio macedónico. Donde las
condiciones de vida son lamentablemente duras; en esta situación la metafísica
pierde su interés, y se busca la paz y la felicidad. Se hace necesario
encontrar un tipo de sabiduría para dar sentido a la vida del hombre; y son los
moralistas en concreto, quienes sobresalen y representan con gran fuerza en estas condiciones de vida,
porque sus planteamientos son acogidos con interés en el momento y su
situación.
Los estoicos:
Reciben
este nombre porque su actividades se desarrollan frente a los pórticos (stoa)
dela casas. Se puede mencionar tres periodos del estoicismo: la antigua que
aparece aproximadamente entre el siglo IV al II a.C; el medio que se desarrolla
en el siglo II a.C; y el nuevo, referido a la época del imperio romana. Por lo
general son panteístas y materialistas, pues afirman que todo lo real es lo
corpóreo. Además admiten la teoría de los cuatro elementos originarios de todas
las cosas, donde el fuego es el primero y más importante de ellos. Conciben el
alma como un microcosmos y por lo general, niegan su inmortalidad universal.
En
la ética proponen como ideal el hombre autosuficiente, donde el ser humano debe
obedecer únicamente a su razón, y le sabio es aquel que lo consigue; de esta
manera se llega a lo que consideran como una absoluta serenidad frente al
vaivén de la fortuna, el dolor y de todos los placeres y pasiones. El logos es
quien preside y anima el universo, y el ser humano forma parte de la
naturaleza, y siguiendo sus propios principios y razón puede alcanzar la
serenidad. A demás la virtud para ellos, es hallar la coherencia y relación de
la vida, frente al orden natural guiado por el logos.
Se
destacan: Zenón de Citium, Seneca y Marco Aurelio.
El epicureísmo:
Consideraban
que la sabiduría consistía en el cálculo de los placeres, disfrutar al máximo
de ellos; pues la verdadera felicidad se encuentra en el goce moderado de los
placeres sensibles. La moderación se la consigue a través de la práctica,
consiguiendo la ausencia del dolor. Los placeres son corpóreos o derivados del
cuerpo. Los placeres derivados del alma, son espirituales, y duran más que los
otros, por lo que son superiores. Existen placeres positivos que satisfacen una
necesidad y ameritan dolor y esfuerzo;
placeres negativos que no obedecen a la necesidad, y tampoco exigen
dolor ni esfuerzo. Distinguen tres tipos de deseo: los naturales y necesarios,
los naturales pero no necesarios y los no naturales ni necesarios.
La
virtud de la prudencia consiste, en calcular bien todos los esfuerzos que se
tengan para que estos sean lo mínimo posible. A demás hay que distinguir cuales
son los placeres verdaderos, ya que no se puede vivir bien, sino de una manera
moral justa y flexible. Para ellos la amistad es muy valorada, pues hay que
huir de todas las preocupaciones como el matrimonio, cargos públicos, entre
otros. Este camino que ellos recomiendan, llevara al final a un estado de paz y
tranquilidad que es la ataraxia.
Se
destacan: Horacio y Lucrecio.
Los escépticos.
Se
habla de tres etapas distintas: en la primera, la antigua, en donde se duda de
la capacidad humana para alcanzar la verdad y conseguir el bien. La segunda, en
un periodo medio, en la que se cuestiona la posibilidad humana para poder
separar lo verdadero de lo falso, y le poder discernir con claridad cuáles son
los valores morales. Y el ultimo, una etapa nueva en la que se sigue creyendo
que no hay manera de afirmar, negar o temer nada con seguridad. En conclusión,
no se puede conocer, creer y esperar nada; igualmente se duda de si mismo y de
todo: de los dioses, la capacidad humana, los valores del entorno, la validez
de los juicios, entre otros.
Se
destaca: Sexto Empírico.
El eclecticismo.
Surge
como una postura contrapuesta frente a corrientes extremas y contrapuestas como
las anteriores; propone un sentimiento universal, donde el criterio de verdad
pasa a ser estadístico. Se ajustó muy bien al espíritu Romano, que buscaban una
conciliación y recoger lo que pudiera
resultar valioso de los pueblos vecinos. El eclecticismo se presenta como la filosofía
del sentido común; con una exigencia practica a una moral convencional, que
este abierta a la dimensión religiosa.
Se
destaca: Marco Tulio Cicerón.
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